Monday, March 20, 2006

Fake Celibacy.

Tu ex novio está en la ciudad. Vino y no a visitarte a tí, como otras veces. ¿Lo sientes como lo sentías antes? ¿Sientes las mismas ganas de verlo? Yo creo que sí, aunque lo niegues. Puedes decir que no, pero tus ojos aun se iluminan cuando alguien menciona su nombre. Todavía miras sus fotos, a quién quieres engañar. Escuchas esa canción y aun te acuerdas de él. Aun suspiras por él. ¿Que son sólo los recuerdos de los buenos tiempos? ¡Por favor! Tú ya tienes novio, dices que según lo amas. Pero no han pasado ni seis meses cuando jurabas que todavía lo amabas. A él. A quien llamabas "el amor de tu vida". ¿No decías acaso que con él sí te casabas? ¿Que con él si planeabas a futuro? Él sí te completaba, ¿verdad? ¡Y cómo latía tu corazón cada que te visitaba! Te traía regalos, besos, orgasmos. ¿Eras feliz? Claro que sí. ¿Lo eres ahora? No, ¿verdad? Tan sólo de pensar que está tan cerca de ti y no puedes abrazarlo nuevamente. Porque él ya no quiere verte más. Porque también teme caer en ese vado donde tú estás. En esa hipocresía de asegurar que ya lo olvidaste y aun no. Y tu novio, tan tierno, él sí te ama y tú lo traicionas con el corazón, que es peor que traicionar con el cuerpo. No quieres tener relaciones con él, que dizque porque practicas el celibato. Con él no lo haces, pero bien que te acuerdas de esa noche, ¿verdad? click... bzzzzzzzz... Esa maravillosa noche que todo encajó perfectamente... bzzzzzzzzz... No llovió, el cielo dejaba verse repleto de estrellas y una enorme luna que les sonreía, cómplice de sus planes lascivos... bzzzzzzz... No, lascivos no. Lo suyo sí era amor, del bueno. La suya sí fue entrega completa, sin mentiras, sin pretensiones... bzzzzzzzzzz... Cómo le temblaba la mano cuando metió la llave en la cerradura, para abrir la habitación. Te fascinó que no pareciera cuarto de hotel de paso, sino de un bonito hostal campestre... bzzzzzzzzzzzzz... La cama un poco dura, pero qué importaba, estaba limpia. Y el baño también... bzzzzzzzz... Tantos años de estarlo haciendo y ahora te ponías nerviosa. No sabías por dónde empezar. Querías darle la mejor noche de su vida... bzzzzzzzz... Jugaste un rato como si no supieras a qué habían ido a ese lugar. Brincaste en la cama y encendiste el televisor... bzzzzzzzzzz... Te daba pena que te viera desnuda, ¿verdad? Siempre te han dado pena las estrías, los rollitos. Pero él no veía más que tu cara, a veces tus senos... bzzzzzzzz... Y tú lo veías todo, te lo querías comer, como ese coreano canibal que así le demostró su amor a su víctima alemana. Querías morderlo... bzzzzzzzzzzz... Sus ojos, tan grandes y de pestañas tan largas, como de niña, como si se los pintara. Y esa sonrisa tan peculiar, tan bonita... bzzzzzzzzz... Te gustaba que fuera tan alto y grueso, no te gustan flacos. Y con manos y pies grandes, siempre has tenido un fetiche con los pies, ¿verdad? ...bzzzzzzz... Las manos pequeñas te dan asco, parecen de niño y no pueden cubrirte ni un seno, qué pena. Pero él sí, te cubría todo un seno y hasta te rozaba el otro... bzzzzzzzzz... Y vaya que sabía tocarte. No sólo los senos, también los hombros, la espalda, atrás de las rodillas, las rodillas incluso... bzzzzzz bzzzzzz... Verlo desnudo fue un deleite, ¿te acuerdas? Hasta te sonrojaste y no pudiste evitar soltar una risita golosa. Te gustó lo que viste... bzzzz bzzzzzz bzzzzzzzz... Esa piel morena y suave, ese abdómen plano, sin estar marcado. Esas piernas, como si de verdad hiciera ejercicio, cosa que bien sabías no era cierta. El vello corporal donde debía estar... bzzzz bzzzzzzz... Ya desnudos ambos, tú pretextaste frío para esconderte bajo las sábanas. Lo dejaste ahí parado frente al espejo. Y te asomaste de bajo la cobija y le disparaste una de esas miraditas tuyas, como de lolita... bzzzzzzz... pero ya no eres una niña, ¿sabes? Eso se lo ibas a enseñar un momento después. Tu mirada dulce/perversa fue para él una invitación a seguirte a la cama... bzzzzzzzzz... él no corrió como tú, sino que se movió lentamente, como calculando. No escondía su excitación, era claro... bzzzzzzz bzzzzzzzzzzzzzzzzz... "Por fin" pensabas. Él se hincó sobre la orilla de la cama, impasible. Su peso te hizo deslizarte un poco más cerca de él. Te acostaste boca abajo y te recargaste sobre tus brazos, mirándolo excitada... bzzzzzzzzzzzzzzzzzz... Notaste cómo su mirada se paseó por todo tu cuerpo. Ya no tenías vergüenza. Sólo estabas muy, pero muy excitada. De pronto él comenzó a moverse lentamente... bzzzzzzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzz... Su boca llegó hasta tus nalgas y te mordió una... bzzzzzzzzz bzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzzzz... Una intensa ola de sensaciones te recorrió; sólo pudiste cerrar los ojos y gemir débilmente. Y así él recorrió el camino hasta tu cuello, a pequeñas mordiditas. Cada una de ellas te encendía más... bzzzzzz bzzz bzzzzzz... Y sin siquiera sospecharlo, él te volteó súbitamente y su cara tranquila había cambiado. Ahora sus ojos sacaban chispas y su sonrisa era perversa, como tu mirada... bzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz... Para él, ya era hora. Para tí también. Abriste las piernas invitándolo a acercarse. Y lo que hizo te sorprendió bastante... bbzzzzzzz bzzzzzzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzzz... Su cabeza se perdió bajo las cobijas y rápidamente descubriste su paradero: entre tus piernas. Lo que le haya susurrado a tus otros labios, nunca lo supiste, ellos callaron a partir de entonces... bzzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzzzz... Pero será uno de los secretos más deliciosos que hayas querido saber. Toda tú estabas sonrojada, yo diría que hasta inflamada... bzzzzzzzz... Adentro de tí, muchas cosas pasaban, inexplicables. Te aferrabas a la almohada como si estuvieras pendiendo de ella, sobre un acantilado... bzzzzz bzzzzzzzzzzzz... Entonces él subio de nuevo y sentiste cómo te llenaba. Cómo te invadía. Pero tú no opusiste resistencia... bzzzzzzzzzzzzzzzzzzz... Tus piernas se trenzaron automáticamente a su cintura. Y sus bocas se trenzaron en un frenético baile en vaivén de lenguas. Y sus cuerpos, que bajo la luna parecían acaso un bulto bajo las sábanas, simulaban una barca en la deriva. Yendo y viniendo con el ritmo de las olas... bzzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzzzzzz... Una y otra vez, mientras entonaban una melodía de gemidos a dos voces. Los tuyos menos graves que los de él. Pero sí más sonoros... bzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzzzzzz... Recorrías sus hombros y su cuello con tu lengua, con los dientes. Él te dejaba sellos de saliva en la clavícula, entre los senos, en los pezones... bzzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzzzz bzzzzzzzzzzz... ¡Y entonces fue que lo sentiste! ¡Ya sabías lo que iba a pasar! ¡Él también! ¡La parte de color de sus ojos desaparecía tras los párpados abiertos! ...bzzzzzzzzzz bzzzzzzzz bzzz bzzzzzzzzzzzzz... ¡Tú apretabas la oscuridad dentro de tus ojos, encajabas las uñas en su espalda! ...bzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz... ¡Apretaste tus entrañas y entonces él dejó escapar algo de su interior, que se refugió en tí! ¡Y de pronto algo se rompió, porque sentiste ese escalofrío que te recorre cuando oyes que se rompe un vidrio, pero la sensación potenciada por miles! ...bzzzzzzzzzzzz...

¡Un gemido, tus músculos se tensaron todos! ¡POR UNOS SEGUNDOS EL MUNDO DEJÓ DE
GIRAAAAAAAAAAAAAAAAR!




...bzzzzzzzzzz... click...
Ya guarda eso en tu cajón, creo que tu mamá escuchó.

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